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“Estoy agradecida de lo que tengo, de las personas que me
rodean y de ser lo que realmente soy sin limitarme a nada… Desde el primer
momento que me propusieron ser parte de esta experiencia del taller de autoconocimiento en Morón
supe que iba a cumplir un sueño: El ayudar al otro y compartir momentos
inolvidables tanto en mi vida como en la de esas personitas que nos esperaban.
El primer día, como en todo lo nuevo fue un atravesar importante, estaba muy
atenta a cumplir con cada tarea del comedor en excelencia. Pero con el correr
del tiempo comencé a dejar de pensar y empecé a sentir más con cada historia
que escuchaba, con cada mirada que recibía, con cada uno que me llamaba y pedía
que tan solo lo acompañara. Me hicieron sentir parte importante de ellos. Cada
agradecimiento de su parte me llenaba el alma, y lo que para ellos era mucho no
se imaginaban que para mí era un placer el brindárselo. El amor que recibí a
cambio no tiene explicación, solo es comprendido cuando se vive. Supera todo
tipo de pensamiento y crea una sensación adictiva de querer seguir dando más
constantemente. De no dejar de dar todo de uno y sentirse pleno a la vez. Volví
a creer en que “nada está perdido”, en que puedo transformar una tristeza en
una sonrisa, en que los sueños existen para cumplirlos, en que la base para
lograr aquello que te propongas es solo el amor. Aprendí a confiar en la gente
que te rodea y sobre todo en uno mismo. Van a ser imborrables cada uno de los
momentos vividos juntos, cada una de esas caritas expresando distintas
emociones. Marcaron una diferencia muy grande en mi vida que va a ser para
siempre…
“A partir de ahora mi Visión de Vida es muy distinta a la
que tenía antes. Cuando crees ver las cosas como son, hay algo que te demuestra
lo contrario. Hoy veo múltiples oportunidades para aprovecharlas al máximo en
mi vida. Disfruto de cada experiencia, de cada persona, de cada momento como si
fuera el último, porque aprendí que no existen garantías, que nada es eterno
que todo sentimiento existe para ser expresado. De lo único que estoy segura es
que solo tengo el presente, que el pasado me dejó sus enseñanzas y el futuro
todavía no llegó… Ya no espero más nada, acciono para conseguir lo que quiero.
Me gusta esta sensación de sentirme libre en lo que hago y de estar plena en
todos los aspectos de mi vida. Lo más valioso fue el darme cuenta que mi vida
depende solo de una persona: Yo. Aprendí a poder con todo lo que me proponga y
con aquellas cosas que no están a mi alcance, aprendí a aceptarlas tal cual
son, buscando la mejor manera de conllevarla con mis deseos. Volví a creer en
mí, en todo lo que soy capaz de lograr, en todo el amor que tengo para dar.”
Experiencia comunitaria a través del taller de autoconocimiento en
Morón, pcia. De Buenos Aires, junto a Cristina Sanchez. Testimonio de Cecilia Lyzun